“¿Qué es eso?”
“¿Te gusta la vista? Párate aquí, puedes ver toda mi instalación: Los paneles solares que siguen al sol, la micro turbina eólica y, en el otro extremo de la propiedad, la granja vertical y mi pequeña cabaña de madera. Allí escribo la mayoría de mis novelas”.
“Sí, ya lo veo. Pero no lo entiendo. ¿Qué sentido tiene?”
“Yo lo llamo mi “vista de multimillonario”.
“Yo lo llamo una pantalla LCD en el marco de una ventana”.
“¡Estoy muy orgulloso de ello!”
“¿Por qué? Quiero decir – de verdad. ¡¿POR QUÉ?!”
“¿Ves? Es triple cristal, valor R de ocho – ¡excelente aislamiento! Es inclinable y giratorio, como en Alemania. ¡Y la pantalla LCD tiene una resolución de 24k! Es más real que la realidad!!!”
“Sí, increíble. Repito: ¿POR QUÉ?”
“Es lo que usan todos esos multimillonarios. Es la principal promesa de Elon: No verás la diferencia. Tu pasado en la Tierra o tu túnel en Marte: ¡Se siente exactamente igual!
“Oookay…. Veo que estás emocionado. Me alegro por ti. Sólo hay tres cosas que me gustaría señalar”.
“¿Sí?”
“Primero: no es “de verdad”. Si te pones cerca, ves el brillo de la pantalla. Antinatural”.
“¡Malvado!”
“Segundo: ¡NO eres multimillonario!”
“¡Estoy trabajando en ello!”
“Ahora a mi último punto.”
Mi invitado agarró la manilla de mi ventana ficticia. La giró hacia un lado y la abrió de par en par. Panel solar, energía eólica, granja vertical, cabaña de madera:La vista tras la pantalla LCD seguía exactamente igual.
Una ráfaga de viento hizo entrar una hoja otoñal en la habitación.
“Usted. no. está. en. Marte”.
La historia detrás de esta historia
Esta historia tenía exactamente 250 palabras. Era mi contribución a un reto publicado por la maravillosa revista Solarpunk. La revista recibió más de 150 envíos la última vez que lo comprobé. Sólo cuatro podían ganar el Concurso de Microrrelatos. Y qué quieres que te diga: De todas esas historias, la mía fue una de las rechazadas.
Pero hay un giro en la historia: mi mujer, Evgenia, envió uno de sus cuadros a la revista Solarpunk, ¡y la compraron y publicaron! Está claro que mi mujer es mucho mejor pintora que yo escritor… 🙂 .
Te deseo alegría. Chris